La técnica de la
provocación forma parte de la obra magistral del maltés Edward de Bono, el
padre del pensamiento lateral. Para algunos no es estrictamente una técnica
para estimular la creatividad, sino un elemento al que puede recurrirse en la
fase creativa de cualquier otro método.
La técnica se aplica mediante la expresión de frases o ideas tontas
(provocaciones), en donde algo que se asume como cierto no lo es. La frase debe
ser realmente estúpida para colocar a la mente en estado de shock, como si
recibiera una sacudida eléctrica que la saca del pensamiento preestablecido.
Una vez que hayamos pronunciado la declaración provocativa, el juicio de
valor se suspende y la declaración se utiliza para producir ideas. Las
provocaciones constituyen puntos de partida originales para el pensamiento
creativo.
La Provocación es una especie de experimento mental. Así como muchas nuevas ideas son producto del azar, de un accidento o un error; Estos hechos producen una discontinuidad que nos obliga a rebasar los límites habituales de lo “razonable” establecidos por nuestra experiencia. La Provocación deliberada es un método sistemática que puede producir los mismos efectos. No tenemos que esperar el cambio, el accidente o el error.
Temporalmente podemos ser “locos”, sólo durante treinta segundos cada vez y controlar la situación. Podemos conectarnos y desconectarnos. Por eso la Provocación es un aspecto tan fundamental del pensamiento lateral y de la creatividad en general.
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